Lo original de esta serie de policías es que está ambientada en el departamento de anticorrupción (lo que los americanos llaman "asuntos internos"). Así que estás viendo una serie clásica de investigación de una trama policial en la que los "malos" son policías corruptos y los "buenos" son policías que les caen mal a todos sus compañeros.
La primera temporada trataba de un caso en el que uno de los polis protagonistas del departamento de anticorrupción se veía infiltrado e investigado. Sus compañeros no se fiaban un pelo y él intentaba descubrir a un corrupto que le llevaría a tirar del hilo y ver que en realidad había más de un policía en el bando equivocado.
La segunda, tercera y cuarta temporada mantendrán este gran arco argumental, descubriendo piezas y tramas de una red de corrupción bastante más grande de lo que nadie se podía imaginar. Así que mientras cada temporada se centra en un caso, todas ellas hacen avanzar el arco universal que salpicará unos cuantos altos cargos.
Todavía hay pendientes 2 temporadas más, ya que la serie ha tenido su éxito, y hay que decir que apetece mucho verla. Está bien ambientada, es interesante y, al ser británica, nos dan esos 6 episodios por temporada que van la mar de bien para cerrar temas y terminar con un buen sabor de boca, sin la sensación (habitual en otras series) de que estiran la trama como un chicle.
Muy recomendable para los fans de las tramas policiales que quieran ver un producto muy correcto. La mejor temporada, de momento, la segunda, con unos malos que tiran de espaldas, aunque la 4ª, con Thandie Newton, está muy bien tramada y es bastante trepidante.
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