Me estás juzgando y lo sé, pero no escribo un blog para mentir así que: esto es lo que hay... Lo voy a dejar en 3,5 estrellas para poder defender mi integridad crítica.
¿Por qué criticar El código da Vinci?
Es una novela claramente escandalosa desde el punto de vista de la calidad y el rigor. Los personajes son simples y maniqueos, las deducciones precipitadas, la historia avanza a trompicones entre errores y prejuicios y todo amenizado por un odioso Robert Langdon que si lo hubiera tenido como profesor mientras estudiaba historia del arte, hubiera abandonado la carrera. No puede existir un profesor así.El más grande especialista en simbología es capaz de reconocer el parquet de la Gran Galería del Louvre (ojo!) pero no puede identificar un hombre desnudo en la postura del ángel (ni que le pregunten 3 veces sobre ello) como el hombre de Vitrubio... En fin.
Langdon es cansino, es el alter ego fantasioso de su escritor, al que describe como un joven Harrison Ford que enamora a las alumnas de sus clases con sus ojazos azules y su cuerpo atlético... en fin, ruborizante para todos.
Por otro lado su escritura es también paternalista, mediocre en la descripción de sus personajes y claramente previsible en la elección de los malvados, y ahí es cuando me pierde por completo.
¿Por qué leer El código Da Vinci?
Porque se lee en un pis-pas. Es ágil, de trama rápida y entretenida, con cliffhangers, conflictos y dificultades para los protagonistas a cada capítulo.Si te gustan los libros que hablan de ciudades, París sale un buen rato, sus calles famosas, monumentos, el Louvre, por supuesto y un montón de recorridos por las calles de la ciudad (aunque hay varios blogs que desmontan sus recorridos por ser totalmente absurdos.
En fin, entretenida a más no poder, aunque tiene más errores de los que se puede permitir un bestseller. Para los haters del libro, esta colección de posts es oro puro: 100 errores sobre el código Da Vinci
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