Así que cuando me regalaron este libro (un amigo que se deshizo de él sin haberlo abierto) me lo leí de cabo a rabo intentando no crear paralelismos con los personajes que ya conocemos todos del universo Potter.
Lo conseguí sólo al final. La vacant imprevista recuerda la saga de Hogwarts en la descripción de personajes. La riqueza y la gran capacidad para describir caracteres hace que te parezca que les conoces. En esta novela me ha parecido ver una versión del Sr. Dudley y de su mujer Petunia, de Parvati Patel (ya crecidita) y algunos Slytherins que podrian haberse convertido en adultos egoistas, macarras y agresivos vecinos.
En fin, toda la primera parte te la imaginas como si fuera un pueblo inglés lleno de gente ruin y egoista, con un punto de ironía que hace que no acabes de ubicarlos en un universo real. Pero a medida que van ocurriendo las desgracias (porque en esta novela pasa de todo), la ironía desaparece para dar paso a una sociedad bastante jodida en la que es más fácil descubrir paralelismos con la realidad. La parte final: un mazazo en la cabeza que hace que se te borre la sonrisita de golpe.
Parece ser un ejercicio de la propia Rowling para quitarse de encima la etiqueta de escritora de libros juveniles. Y funciona.
