domingo, 27 de septiembre de 2020

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Una habitación propia - Virginia Woolf

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Este libro es una maravilla. Un breve ensayo sobre las mujeres y la literatura basado en la investigación que Woolf hizo para unas conferencias sobre este mismo tema que dió sobre el tema en 1928.

El texto es maravilloso, es un ensayo en el que la propia autora se incluye en el texto, menciona la investigación y las conclusiones a las que llega, hilándolo con una ficción y personajes creados para ella (como Judith, la hermana de Shakespeare) que se mezclan con el análisis de autoras como Jane Austen o Charlotte Brontë.  

Es una mezcla maravillosa de ensayo y ficción que además de ser ingeniosa está muy bien escrita. Hila una estructura en la que el lenguaje meta nos rescata cada capítulo de la ficción, y va sembrando personajes y situaciones que rescata en la última parte del libro de una manera muy emocionante. 

Es uno de los mejores libros que he leído este año y me avergüenza no haberlo hecho antes, pero estoy segura de que lo voy a releer a menudo, para volver a disfrutar de su estilo literario. 

El texto nos deja frases que han pasado a la historia como la que le da título al ensayo: "Una mujer necesita tener dinero y una habitación propia para dedicarse a la literatura"; pero además, este librito encierra varias frases cautivadoras para los que alguna vez hemos pensado en escribir ficción: he seleccionado un par de sus párrafos que aparecen casi al final del libro que me llegan especialmente porque hablan de la libertad, ya sin metáforas:  

"Lo que importa es que escribáis lo que queréis escribir; y nadie sabe si perdudará siglos o sólo tendrá importancia por espacio de unas horas. Pero sacrificar una pizca de vuestra visión, un solo matiz de su color en deferencia a un director que sostiene una copa de plata en la mano, a un profesor que oculta una vara de medir en la manga, es la más ruin de las traiciones."


Y aún otra, con la que casi cierra el libro:  

"Si vivimos otros cien años [...] y disponemos de quinientas libras al año y una habitación propia; si adquirimos la costumbre de ser libres y tenemos la valentía de escribir exactamente lo que pensamos; si salimos de vez en cuando de la sala de estar y vemos también el cielo, y los árboles, o lo que sea, tal como son; si miramos más allá del ogro de Milton, porque ningún ser humano debe vivir encerrado; si afrontamos el hecho, pues es un hecho, de que no hay brazo del que asirse, y de que estamos solas, y de que estamos relacionadas con el mundo de la realidad y no sólo con el mundo de los hombres y las mujeres, entonces esa oportunidad se presentará y la poetisa muerta que fue hermana de Shakespearse recuperará el cuerpo del que tantas veces se ha desprendido".


 


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