La cuarta entrega del detective Harry Hole es un poco decepcionante. No porque el resto de la saga sea maravillosa, sino porque la verosimilitud ha desaparecido junto con mi paciencia con el protagonista.Ya se que los detectives de las novelas policíacas no tienen por qué gustarnos, pero es que este hombre es realmente dificil. Y lo peor es que es su punto de vista así que no nos queda otra que identificarnos con él, pero a mi me cuesta horrores.
Un tipo que está descrito como un ser bastante desagradable pero que por lo visto todas las mujeres que se lo cruzan piensan que tiene un polvazo. Ya sabes, un tipo que no se ducha, que es ex-alcohólico, agresivo, poco sociable y desagradable de conocer.
Es algo muy personal, cada vez que me encuentro un machirulo de este tipo, le quito un punto a la calificación global de la novela; nadie serio puede constuir un personaje así sin ruborizarse.
Y yo te pregunto: ¿crees que las mujeres con las que liga son también alcoholicas, problemáticas, con poca higiene y hurañas? ¿No?
Pues no. Modelos, jóvenes de 18 años, mujeres elegantísimas, jefas empoderadas, todas ellas elegantes, sexys, inteligentes y super estilosas con un gusto divino para todo excepto para los hombres.
En esta 4ª parte fue cuando me bajé de la saga, los personajes son absolutamente increíbles: incluyen a un malvado gitano como Master Mind (¿es él la Némesis de Harry Hole?), jefes antagonistas que parecen escritos por un niño de primaria y compañeras discretísimas y listas pero que siempre son atacadas por los malvados, haciendo la vida de Hole muy miserable.
En definitiva, tramas y subtramas poco cuidadas con la sensación añadida de que para evitar ser predecible cambia la construcción previa de los personajes y sus psicologías, o lo que se llama lazy writing.
Aún así, es muy posible que te encante, si eres un cincuentón blanco, noruego, te duchas poco y aspiras a ligar mucho pese a ser el Grinch.
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