Los créditos de la serie de Matthew Weiner vienen a decir eso, que una de las chicas escapa y (no sabemos si a partir de ella) su descendencia se distribuye por todo el mundo.
Lamentablemente para la leyenda urbana todos los hijos del zar, su mujer y él mismo fueron asesinados y sus restos identificados hoy descansan en San Petersburgo pero Weiner propone una versión menos macabra y (un poco) más animada.
Durante 8 capítulos el creador de Mad Men se dedica a explicarnos las historias de los posibles descendientes de la familia rusa y, por lo que parece, los herederos siguen con su legado maldito porque la mayoria de ellos se siente muy perdido.
Es una decepción encontrarse con una serie de Weiner que no sea una pura maravilla. Los Romanoff está muy lejos de ser una gran serie.
imagen de End of the line |
Capítulos largos y poco atrevidos, con ganas de sorprender y crear un universo de líneas cruzadas pero que no consigue enganchar, por lo menos a mi, que me importa muy poco lo que les ocurra a los personajes.
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