Counterpart es una serie de espias situada en un escenario de ciencia ficción. La premisa es muy jugosa: en determinado momento del siglo XX se crea una brecha temporal que divide el universo en dos; la historia, única para todo el planeta hasta ese momento se divide y cada universo paralelo evoluciona de manera diferente. Curiosamente en Berlin (ciudad históricamente dividida) se encuentra un portal que comunica los dos universos y se crea una agencia fronteriza con su policía, sus funcionarios y ,cómo no, sus espías.
Esta premisa futurística esconde una historia clásica de espionaje, pero no por ello es poco original: la serie es magnífica, detallada y minuciosa. Se nota que está escrita por un amante del género que urde una trama clásica con espías, dobles agentes, traidores y asesinos, a la vez que plantea un nuevo escenario en un multiverso que recuerda vagamente a Fringe (por lo de la dualidad de carácteres) pero que se ciñe al espíritu más serio de los thrillers de espías de la guerra fría.
La novedad más espectacular de la serie es la que provoca que los actores se desdoblen en dos versiones, cada una correspondiente a un universo. La historia es la misma para todos hasta cierto momento en el que el universo se divide y los personajes evolucionan, pero ambos comparten una misma infancia. Esta faceta del dopplelgänger cuaja a la perfección en un género que hace de la dualidad su característica más destacada. La dualidad es el leit motiv de la serie, la vemos repetida hasta la saciedad, en los créditos, en las dobles interpretaciones, en la elección de Berlin, las fichas de go, la bondad/maldad... y las dos ideas que subyacen en toda dualidad, que ésta se retroalimenta y que cada elemento busca la destrucción del contrario.
Esta dualidad, en su lado más positivo, nos permite ver a un tremendo J. K. Simmons interpretando las dos caras de su personaje de una manera magistral y absolutamente brillante. No es el único con doble actuación, aunque si que es el más destacado y que esperemos que se lleve algún reconocimiento y no le pase como a Tatiana Maslany, la protagonista de Orphan Black que bordó durante 5 años 9 personajes con personalidades totalmente diferentes y que si contamos los premios importantes, sólo recibió un Emmy.
En definitiva, Counterpart ha renovado el género y realmente me gustaría mucho que fuera una inspiración de la que surgieran más series de espionaje, que aunque parezca un tema del pasado, da muchísimo juego para una serie de calidad.
